Descubierta formalmente en mil novecientos doce por los noruegos A. Hoist y T. Froelich cierra el conjunto de las vitamonas hidrosolubles así como las B y de suma importancia para el normal desarrollo y desarrollo de nuestro organismo. La identificación de su necesidad se remonta a mil setecientos cuarenta y siete cuando el cirujano naval escocés James Lind advirtiera que los cítricos combatían el escorbuto. La vitamina C es precisa para la capacitación de colágeno, para la adecuada cicatrización de heridas, reparación y mantenimiento de los tejidos de las distintas unas partes del cuerpo y asimismo para la síntesis o bien producción de hormonas y neurotransmisores. Como otras vitaminas, es un poderoso antioxidante. Pues nuestro cuerpo no genera vitamina C, debemos incorporarla mediante los comestibles.
La vitamina C se oxida rapidamente y por ende precisa de cuidados al instante de exponerla al aire, calor y agua. Por consiguiente cuanto menos calor se aplique, menor va a ser la pérdida de contenido. Las frutas envasadas por haber sido expuestas al calor, ya han perdido gran contenido vitamínico, lo mismo ocurre con los productos desecados. En los jugos, la oxidación afecta por exposición prolongada con el aire y por no preservarlos en recipientes oscuros.
Existen infinidad de productos comerciales que aportan quinientos mg o bien más por comprimido y hay quienes, aconsejan la ingestión de 5 comprimidos (caso de los que piensan que su administración es anticancerígena). Aunque como con la mayor parte de las vitaminas, los excesos se descartan por vía urinaria, el alarma se encuentra en que como lo ingerido es un ácido, las dosis excesivas pueden exceder la resistencia de la pared gástrica y su intensa recirculación nefrítico puede afectar el riñón.
No es inocua la administración indiscriminada de ácido ascórbico, puesto que conforme el organismo se sobresatura, reduce su absorción, y aportando grandes dosis, la elimina ásperamente. Por lo tanto si se prosigue con dieta escasa en la vitamina, puede aparecer «escorbuto de rebote».
De manera adicional al «escorbuto de rebote», a la intolerancia gástrica y nefrítico, su consumo reduce la cobalamina (vitamina B12), que es una substancia sintetizada por el organismo.
Funciones de la vitamina C
Las principales funciones de la vitamina c son:
- Actúa como un potente antioxidante para sostener el estado reducido de los iones, hierro y cobre.
- Tiene un papel esencial en la síntesis de colágeno, en la cicatrización de las heridas, en la función inmune y en la síntesis de neurotransmisores.
- Potencia la absorción intestinal de hierro no ligado al conjunto Hemo (hierro de los comestibles de origen vegetal).
- Interviene en la capacitación del tejido conjuntivo y en la regulación de la resistencia pilífero y ósea.
- Resguarda las mucosas.
- Reduce la susceptibilidad a infecciones.
- Evita que se desarrollen enfermedades como el escorbuto.
Alimentos con vitamina C
Los primordiales comestibles que poseen vitamina C son las fresas (noventa y cinco mg/taza), la papaya (ochenta y cinco mg/taza), el kiwi (setenta mg/pieza), la naranja (setenta mg/pieza) y el mango (cuarenta y cinco mg/taza). En lo que se refiere a verduras, el pimiento crudo -colorado o bien verde-, el brócoli y la col rizada asimismo son ricos en esta vitamina. Algo más lejos quedan el aguacate (veinticuatro mg/pieza) y la alcachofa (treinta mg/pieza).
Falta de vitamina C
Cuando la dieta no contiene suficiente cantidad de vitamina C, los adultos se sienten cansados, enclenques y también irritables; pierden peso y tienen un dolor indefinido en los músculos y en las articulaciones.
Los síntomas del escorbuto aparecen tras ciertos meses de falta. Pueden generarse hemorragias bajo la piel (sobre todo en torno a los folículos pilosos o bien en forma de hematomas o bien cardenales), en las encías y dentro de las articulaciones. Las encías adquieren un tono púrpura, se llenen y se vuelven esponjosas; con el tiempo, los dientes se aflojan. El pelo se vuelve seco y frágil, y la piel aparece seca, áspera y escamosa. Puede acumularse líquido en las piernas. Puede evolucionar a anemia, generarse infecciones y que las heridas no curen bien.
Los lactantes se muestran irritables, sienten dolor al moverse, pierden el hambre y no ganan peso al ritmo que deberían hacerlo. Tanto en los lactantes como en los pequeños pequeños, el desarrollo óseo es inapropiado y se generan sangrados y anemia.